A nivel clubes el deporte español vivió una semana plena de festejos. El miércoles el FC Barcelona con Messi y compañía hizo historia en Roma en la Liga de Campeones. El domingo el handball aportó lo suyo con otro triunfo memorable, en este caso cortesía del Ciudad Real, que retuvo la corona al darle vuelta la serie a THW Kiel, ganador del encuentro de ida.
Tras la caída en Alemania 39-34, los manchegos estaban obligados dar vuelta el resultado ante equipo de los más importantes de la actualidad. Los medios españoles hablan de milagro. Finalmente este se concretó. Con Olafur Steffanson, que ya anunció que dejará el club, como goleador, más las buenas actuaciones de Tierry Omeyer y Arpard Sterbik, con atajadas importantes en el tramo final.
El partido estaba muy parejo y no se sacaban diferencias, cosa que favorecía a la Zebras, campeones de la Bundesliga y de la Copa de Alemania. A falta de 10 minutos el THW Kiel, que quería lavar su imagen después de los cargos sobre supuestas compras de partidos, había sacado una renta de 4 tantos. Parecía cosa juzgada.
Pero cuando Sterbik se agrandó debajo de los 3 palos en la parte final la historia empezó a cambiar. Sólo Nikola Karabatic, quien a partir del año que viene jugará en el Montpellier, equipo del cual surgió, era el que sacaba la cara por los de camiseta blanca y negra. La parte final fue dominada por el Ciudad Real, que descontó la desventaja y terminó ganando 33-27 para levantar la copa ante su publico, cosa que no pudo hacer la temporada pasada porque había ganado de visitante.
De esta manera se cierra una temporada muy buena para el handball español a nivel clubes porque el mismo fin de semana el BM Valladolid se quedó con la Copa EHF. Por lo menos esto sirve para lavar un poco la imagen después de la pálida actuación el Mundial de Croacia.
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